Confundida muchas veces como una hortaliza por su sabor salado, la palta en realidad es una fruta. Y como tal está llena de propiedades benéficas para el organismo, aunque sea famosa por aportar un alto contenido de grasas. Pero a no temer: todo lo que este producto ofrece es de calidad.
Ovalada, verde oscura por fuera y clara por dentro, untuosa, suave. Así se presenta la palta, esta señora de las fruterías que a pesar de su aún poca difusión, va camino a perder sus prejuicios y colarse entre las bolsas de los consumidores más exigentes.
Dotada de una pulpa capaz de combinarse con numerosos alimentos, esta fruta originaria de Centroamérica permite múltiples formas de consumo. Desde el clásico guacamole mexicano (el primer país en consumo), con tomate, cebolla y cilantro, hasta una simple pasta machacada con aceite, la palta seduce al comensal como si fuera una manteca vegetal lista para untar.
Eso sí, la señora tiene marido: el limón. Como tiene la capacidad de oxidarse rápidamente en su contacto con el oxígeno, lo ideal es incorporarle el cítrico ni bien se corta y prepara para que mantenga su aspecto verdoso y no adquiera un tono oscuro que parece en mal estado.
Según se conoce, la palta es rica en grasas mono y poli insaturadas, es decir los ácidos buenos, a diferencia de las saturadas. Se calcula que cada 100 gramos, tiene unos 18 de grasa y unas 180 calorías. Pero además, con esa cantidad se cubren las necesidades de vitamina D y aporta gran parte de los requerimientos de las E, B6 y C.
En realidad contiene 12 de las 13 vitaminas existentes, posee alto contenido de vitamina E, K y todas las vitaminas B, contiene ácidos monoinsaturados que actúan directamente sobre el colesterol malo, es rica en minerales como el potasio y el magnesio, es rica en antioxidantes y ácido fólico, este último es muy necesario para fortalecer la placenta en las mujeres embarazadas.
A los deportistas siempre se les recomienda comer plátanos porque es alto en potasio, sin embargo la palta tiene 60 veces más de este mineral. Los vegetales no tienen colesterol, pero ninguno, excepto la palta, contiene estos ácidos que arrastran el colesterol malo, del organismo, por lo tanto, consumida en forma permanente, la palta reduce el colesterol total.
Entre sus beneficios aparecen el ácido fólico y minerales como el hierro, zinc, magenesio y calcio. Es tan rica en potasio que contiene incluso más que la banana y es ideal para hipertensos y cardíacos, ya que la palta no presenta altos niveles de sodio.
El sitio comersano.com asegura que un grupo de investigadores de la Universidad de California, encontró en ella dos sustancias destacadas: una denominada “beta-sitosterol”, que reduce el colesterol sanguíneo y con una presencia cuatro veces superior al resto de las frutas. En tanto que la segunda denominada “glutation”, actúa como un antioxidante en el organismo.
Por otro lado, estudios presentados en el IV Congreso Mundial del Aguacate advirtieron la disminución del colesterol al promover un aumento en las lipoproteínas de alta densidad, reducción en triglicéridos y en niveles de insulina en ayuno. Incluso se ha observado un efecto benéfico en pacientes con asma y con artritis reumatoidea.
Otras investigaciones aseguran que el fruto, las hojas y el carozo son utilizados en la medicina natural para eliminar microbios y parásitos, contra la disentería y algunos desarreglos digestivos. Sus hojas también se emplean como expectorantes.
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